A la hora de cocinar, cada cual tiene su propia manera de preparar los platos y recetas, y por eso una tortilla de patatas sabe y es tan diferente en un sitio y en otro. La diversidad culinaria ha permitido, precisamente, que cada lugar goce de unas espectaculares recetas tradicionales, que además se van mejorando, y evolucionan con el tiempo. A la hora de preparar estas recetas, en los últimos años hemos contado con numerosas herramientas especiales que han facilitado mucho este proceso. Seguramente los robots de cocina sean la más importante de todas, pero aunque la tecnología sigue avanzando y ofreciéndonos nuevas y espectaculares alternativas, al final uno siempre tiende a lo que conoce, a lo que siempre funciona, a lo que el hombre lleva haciendo desde hace cientos de años, primero con el fuego y luego con la electricidad: cocinar al horno.
Por más tiempo que pase y por más novedades que tengamos, es bastante obvio que el tema de cocinar al horno siempre va a seguir estando entre las fórmulas perfectas para disfrutar de las mejores recetas y de los platos más especiales. Carne y pescado, pasta, incluso pasteles. Cualquier cosa se puede hacer al horno, con paciencia y con un poco de práctica, y obtener así todas las ventajas que este método de preparación nos ofrece, que como podrás comprobar en este artículo, no son pocas precisamente. Cocinar al horno nos ofrece unos beneficios que son muy a tener en cuenta, tanto para el sabor de los platos como para nuestra propia salud, ya que como sabrás a estas alturas, la alimentación es uno de los pilares básicos para una salud de hierro, y las recetas al horno suelen ser muy saludables.
Conservación de los nutrientes
En muchas ocasiones, al preparar las recetas al microondas o en una sartén, conseguimos un efecto más rápido en la elaboración, pero también perdemos buena parte de los nutrientes, sobre todo en verduras y hortalizas, dos alimentos que deben ser básicos en nuestra dieta habitual. La conservación de los nutrientes en el horno es mucho más eficaz, ya que al estar haciéndose a fuego lento, como quien dice, el alimento se mantiene con todos sus beneficios, y eso luego también repercute a la hora de disfrutar de él cuando lo comemos, no solo por su sabor exquisito, sino también por todos los beneficios que nos ofrecen dichos nutrientes elementales para mantener nuestro organismo funcionando de la mejor forma posible.
Mucha menos grasa
La grasa que el aceite de freír suele añadir a los alimentos hechos en sartén o en freidora es, desde luego, bastante perjudicial para nosotros. Está claro que si queremos preparar algo frito o rebozado debemos dar ese paso, pero no todas las comidas tienen que pasar por ese proceso. Hay versiones light de esas recetas, preparadas al horno, que son mucho más saludables porque la cantidad de aceite que utilizaremos será mucho menor, y eso hará que la grasa no se impregne tanto en el alimento y por lo tanto, no llegue a nosotros cuando lo consumamos. Puede parecer una alternativa algo desdibujada, porque a mucha gente, de hecho, le encanta la textura de lo frito, e incluso ese sabor que deja el aceite al impregnarse. Sin embargo, seguir una dieta de este tipo de alimentos, preparados siempre de la misma forma, no es precisamente lo más recomendable para nuestra salud.
Potencia el sabor
El microondas suele ser un sistema muy rápido para preparar ciertos platos, y eso es algo que hoy en día se valora bastante, ya que el tiempo es oro, hoy más que nunca. Sin embargo, también debemos ser conscientes de que cuando preparamos algo de esa manera no le estamos dando el sabor que se merece. Por ejemplo, si hacemos un pollo asado, dejarlo en el horno junto a las verduras, al ajo o a la cebolla, para que se vaya haciendo en su propio jugo durante un par de horas, le dará a la receta un sabor indudablemente exquisito que será mucho más delicioso que el que podamos conseguir de cualquier otra forma. Es por eso que las recetas al horno siempre suelen salir mucho más sabrosas, desatando todo el sabor que el alimento lleva dentro.
Regenerar alimentos
Si hay alimentos que puedes calentar tanto al horno como al microondas, como una pizza por ejemplo, nosotros te recomendamos optar siempre por la opción del horno convencional. Es algo más lenta, pero la textura que otorga al alimento, la manera en la que lo regenera en todo su sabor y su forma, será mucho más fiel a la original. Mucha gente, de hecho, congela en tupper los alimentos que han ido preparando, para tenerlos en cualquier momento de necesidad. La regeneración de la textura y el sabor de dicho alimento será mucho mejor si lo calentamos al horno que si simplemente lo ponemos dentro del microondas, donde se hará más rápido, claro está, pero sin conservar todos los beneficios que el horno sí que nos ofrece.
No requiere demasiada atención
Cualquier puede pensar que cocinar al horno está muy bien, pero que es algo demasiado tedioso, ya que tenemos que esperar mucho para que la recete esté preparada. De hecho, lo habitual es que haya que dejar cualquier receta al horno durante al menos 45 minutos para que se haga bien. Sin embargo, no tenemos que estar pendientes del alimento, como si ocurre cuando freímos algo, para evitar que se nos pase. Al ser un calentamiento más lento, también podemos despreocuparnos más de esa receta. Solo tendremos que echar algunos vistazos cada cierto tiempo para comprobar que todo va bien, y llegado a cierto momento, permanecer cerca de la puerta del horno para sacarlo justo en su punto, cuando veamos que está lo suficientemente dorado, por ejemplo, o gratinado en el caso de las recetas con queso.